¡Buenos días a todos!
Hoy os quiero hablar de algo que me hace muy feliz y por lo que doy gracias cada día: mi universidad. Así como Lulú se nos desespera día tras día, yo, por mucho trabajo que tenga (que lo tengo constantemente), disfruto cada minuto en mi uni. "¿Cómo es eso posible?" os preguntareis la mayoría... Bien, resulta que cuando te gusta a lo que te dedicas, cuando disfrutas aprendiendo tu futura profesión y cuando otros disfrutan enseñándote y preparándote, levantarte cada día a las seis de la mañana no duele (o no demasiado...)
Esta especie de utopía, a la que llamamos "Universo BAU", no es posible en cualquier universidad ni centro. Es posible en la nuestra porque todas y cada una de las personas que estudian, enseñan o trabajan allí lo hacen con amor y con cariño y mirando siempre la cara positiva de todo. Es por esto que en nuestro pequeño cosmos son posibles los espectáculos improvisados a media mañana, las birras con profesores, los cafés con grandes cantidades de espuma (conocidos por los erasmus como "Chritsmas coffe"), o el último acontecimiento: fiesta pre-navidad. Ésto es lo que me encontré yo el miércoles al salir de clase:
Si, si, si... Un cojón de personas jugando al limbo, tajas perdidos, a las dos del mediodía, un Caga Tió gigante, birras a 50 céntimos, DJ con un musicón de la parra ¡y una muñeca inchable vestida de Mamá Noel!
Estas cosas, amigos, solo pasan allí donde la gente está contenta con lo que hace y lo que tiene. Por eso os doy el mejor consejo que nadie os dará nunca: sed felices con lo que tenéis y apreciadlo, porque disfrutar del day by day es lo que te da la felicidad.
¡Que tengáis todos un muy feliz puente! ¡Gracias por leernos!
Loló :)
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